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18-05-2004
EL DOLOR DE ESPALDA.

Uno de los motivos de consulta médica más frecuente es el dolor de espalda. Prácticamente todas las personas tienen, en algún momento de su vida, dolor en el cuello (región cervical), en la parte media de la espalda (región torácica) o en la parte baja (región lumbar). Incluso, en ocasiones, el dolor aparece a lo largo de toda la espalda.

A. Dolor en la región cervical. Las tres causas más frecuentes de dolor en la región cervical son:




  • 1. Dolor por sobrecarga muscular. Habitual en las personas que por motivos laborales o de otra índole deben mantener una postura fija del cuello durante muchas horas. Esto ocurre especialmente en los pacientes que utilizan durante muchas horas el ordenador. El diagnóstico de éste proceso es fundamentalmente clínico, mediante la exploración física que se realiza en la consulta. El tratamiento se basa en la aplicación de calor local, la toma de fármacos miorelajantes, la educación del paciente para evitar actitudes posturales nocivas, y la fisioterapia.

  • 2. Dolor tras un traumatismo. Aparece frecuentemente tras accidentes de tráfico, y se debe al estiramiento forzado de los músculos y ligamentos de la columna cervical. Suele ser necesario realizar estudios complementarios (al menos radiografías) para descartar la presencia de lesiones asociadas, y el tratamiento suele basarse en la aplicación de calor, la toma de fármacos miorelajantes, antinflamatorios y analgésicos, la fisioterapia, y ocasionalmente el uso de collarín cervical (blando, rígido, e incluso de apoyo mentoniano, que aporta una mejor inmovilización del cuello).

  • 3. Dolor por cambios degnerativos en la columna cervical. La columna cervical sufre un “desgaste” normal debido al paso del tiempo: éste sería el motivo por el que aparece la artrosis cervical, que puede asociar problemas del disco intervertebral. El diagnóstico es habitualmente radiológico, pero ante la presencia de algunos síntomas (fundamentalmente dolor de reposo y dolor u hormigueo en los brazos) es conveniente realizar otras pruebas (resonancia magnética) para estudiar las partes no óseas de la columna. El tratamiento se plantea a medio y largo plazo, mediante ejercicios de movilidad y refuerzo muscular, y fisioterapia.


B. Dolor en la región torácica. Si bien el dolor en la parte media de la espalda es menos frecuente que el dolor cervical o lumbar, existen dos procesos característicos que pueden provocar síntomas en ésta zona:

  • 1. Dolor por insuficiencia muscular. Si bien existen en el cuerpo músculos que trabajan a diario sin un entrenamiento específico, otros grupos musculares no suelen emplearse en las actividades cotidianas (especialmente en personas con trabajos sedentarios) y tienden a atrofiarse. Esta situación conduce en ocasiones a dolor de la parte media de la espalda, y su tratamiento consiste en realizar ejercicios específicos para la mejora de la fuerza muscular.

  • 2. Dolor por atrapamiento nervioso. Los nervios que salen de la columna vertebral se dividen en dos ramas: la anterior (que en la región torácica discurre entre las costillas) y la posterior. El atrapamiento de la rama posterior es frecuente en la región torácica (y se denomina síndrome de rama posterior), y se caracteriza clinicamente por dolor a la palpación vertebral, contractura muscular en el nivel del atrapamiento, y sensaciones anormales (disestesia) en la piel: escozor, adormecimiento, etcétera. El tratamiento ideal es la fisioterapia, mediante técnicas especializadas que permiten liberar el nervio atrapado.


C. Dolor en la región lumbar. La región lumbar es la zona de la espalda más proclive a sufrir problemas: más del 70 por ciento de las personas sufren al menos un episodio de dolor lumbar a lo largo de su vida. Las causas más frecuentes de dolor lumbar son:

  • 1. Dolor por desequilibrio muscular. La columna vertebral lumbar necesita para su correcto funcionamiento de un buen equilibrio muscular: una buena musculatura lumbar, desarrollada armónicamente respecto a la musculatura abdominal y de la cintura pelviana, es imprescindible para evitar problemas lumbares por sobrecarga, que acaban afectando a las estructuras ligamentarias y a la alineación vertebral. El diagnóstico se basa en la exploración física del paciente, y el tratamiento se fundamenta en explicar al paciente las normas básicas de higiene lumbar (evitando gestos o posiciones dañinas), y en devolver el equilibrio a todos los grupos musculares, en tres aspectos principales: fuerza, flexibilidad y coordinación.

  • 2. Dolor por cambios degenerativos. La artrosis es una causa frecuente de dolor crónico lumbar, a consecuencia de los cambios “por desgaste” que se producen en todas las estructuras de la columna lumbar. Estos afectan fundamentalmente a las articulaciones de unas vértebras con otras, y originan dolor durante las actividades cotidianas. El diagnóstico suele realizarse en base a la sintomatología del paciente y a los estudios radiológicos, y el tratamiento básico es farmacológico (antinflamatorios y analgésicos), fisioterápico y mediante ejercicios que permitan mantener en el mejor estado posible la zona lumbar.

  • 3. Dolor por hernia discal. Las hernias discales en la zona lumbar son especialmente frecuentes, sobre todo en la parte más baja (últimas vértebras lumbares). El diagnóstico clínico se basa en la presencia de dolor irradiado hacia las piernas, que puede ser incapacitante, y estar presente incluso en reposo. En éstas situaciones es imperativa la realización de pruebas complementarias (resonancia magnética nuclear) para valorar la situación de los discos intervertebrales, y decidir el mejor tratamiento en cada caso (que puede precisar una intervención quirúrgica de descompresión).


D. Otras causas de dolor de espalda. Aparte de los procesos ya mencionados, otras causas de dolor de espalda pueden ser la escoliosis (que debe diagnosticarse lo antes posible para tratarla adecuadamente), la osteoporosis (descalcificación primaria o secundaria a problemas hormonales, como ocurre en la menopausia), problemas intratorácicos o intrabdominales (pancreatítis crónica, úlcera gástrica, etcétera), tumores, y numerosas otras causas que deben ser tenidas en cuenta por el médico que valora la sintomatología del paciente. E. Tratamientos para los problemas de espalda. Sin ánimo de realizar un listado exhaustivo de los tratamientos disponibles para el dolor de espalda, podemos enunciar como los más frecuentemente utilizados y al mismo tiempo más importantes los siguientes:

  • 1. Tratamiento farmacológico. Habitualmente se prescriben relajantes musculares, analgésicos, y antinflamatorios. Otros fármacos de importancia en los problemas de la espalda son aquellos que se emplean para evitar o paliar la osteoporosis (“descalcificación”) vertebral, principalmente calcitoninas y difosfonatos.

  • 2. Educación en higiene postural. Como tratamiento complementario de cualquier otro que utilicemos es fundamental enseñar al paciente como “utilizar“ adecuadamente la espalda, tanto en su actividad laboral, como en las actividades cotidianas y de ocio. Ésta medida puede ser crucial para mantener una espalda saludable a largo plazo, evitando recaídas o la aparición de nuevos problemas.

  • 3. Tratamiento rehabilitador y fisioterápico. Bajo prescripción médica, la rehabilitación y la fisioterapia suponen un elemento esencial en el tratamiento de los problemas de la espalda. Existen múltiples métodos de tratamiento, siendo los más empleados los que utilizan la aplicación de calor (termoterapia), la electroterapia (“corrientes” analgésicas, de potenciación muscular, etcétera), y la movilización y el estiramiento de las estructuras vertebrales.

  • 4. Tratamiento quirúrgico. Existen numerosas técnicas quirúrgicas en el tratamiento del dolor de espalda. Las más frecuentemente realizadas son aquellas dirigidas a la resolución de los problemas del disco intervertebral (hernia discal), que pueden ser poco invasivas (como por ejemplo la microdiscectomía) o de mayor envergadura (como la discectomía con fijación vertebral instrumentada y artrodésis). Los especialistas más cualificados para valorar cuál es la mejor técnica en cada caso son los traumatólogos y los neurocirujanos.

  • 5. Tratamiento mediante ejercicio físico: "Recuperación Deportiva". Numerosos problemas de la columna vertebral se benefician del ejercicio físico, como medida aislada o en combinación con otros tratamientos, incluso en la recuperación postquirúrgica. La prescripción del ejercicio debe realizarla un médico que, conociendo el diagnóstico y las características particulares de cada paciente, indique qué ejercicios deben realizarse y cuáles son perjudiciales y deben evitarse. En condiciones ideales, el ejercicio debe ser supervisado por fisioterapeutas que tengan el conocimiento necesario sobre la lesión que presenta el paciente y las modalidades de ejercicio disponibles, para planificar correctamente la actividad física. Los mejores resultados se obtienen practicando ejercicio en un medio deportivo (por la gran variedad de actividades que pueden ser realizadas), combinando el ejercicio “en seco” y en el medio acuático (piscinas profunda y poco profunda).


El dolor de espalda puede estar ocasionado por numerosas causas: la valoración médica del paciente es imprescindible, para obtener un diagnóstico preciso que permita establecer el mejor tratamiento.

Centro de Medicina Deportiva y Fisioterapia OBERON - Polideportivo Sagrada Familia - centromedico@psfmadrid.com
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